DeeplyAnálisis: Ahab – The Giant

Una de las obras del Doom Extremo que he podido últimamente saborear concienzudamente ha sido este tercer trabajo de los alemanes Ahab, lanzado sin embargo en 2012, pero cuyo estudio a estas alturas en esta entrada del blog no creo que importe demasiado a los robots spammers que aún quedaran por aquí. Siempre es agradable, en todo caso, alguna visita humana.

Logo de la banda alemana de Funeral Doom Metal Ahab

Logo de la banda alemana de Funeral Doom Metal Ahab

The Giant es uno de esos discos sobre el que, tras conocer el ambiente, o mejor señalado, la idiosincrasia de una banda, hace que su digestión se realice de otra forma. No voy a traer aquí nada desconocido, pero por si fuera el caso: Ahab es el capitán del ballenero Pequod, protagonistas de la novela Moby-Dick del autor estadounidense Herman Melville. Y curioso es su consecuencia en el oyente: una inmersión marinera, de las que hacen notar el viento en los cabellos o las gotas de lluvia y olas durante el interminable zarandeo provocado por el mar. Si bien es cierto que en The Call Of The Wretched Sea o en The Divinity Of Oceans, sus dos primeros álbums, una producción menos esmerada y un sonido final más abrupto facilitaba la tarea, en The Giant la limpieza del sonido junto a nuevos recursos musicales se ha conseguido mantener dicha esencia, mientras simultáneamente los elementos evolutivos que iban apareciendo en dichos discos han ido confirmando su presencia cada vez más evidente.

Portada de Ahab - The Giant (2012)

Portada de Ahab – The Giant (2012)

Alejado de los convencionalismos más recalcitrantes que horadan el Funeral Doom Metal desde dentro y que aún siguen generando toneladas de bandas, Ahab han conseguido marcar una nueva senda en este subgénero, marcando la alternativa al sonido rudo y directo de bandas como Tyranny o Colosseum, o al sonido etéreo de bandas atmosféricas como Shape Of Despair. Lo señalé en otra entrada anterior: Ahab y Kauan pueden no gustar a los clásicos, pero como se ha visto en el Black Metal con Alcest o las nuevas bandas del llamado Cascadian Black Metal, una parte de estas profundidades del Metal pueden (y quizás deben) llegar a una mayor cantidad de oídos, lo cual no conlleva necesariamente una pérdida de calidad compositiva en la música. Como muestra puede traerse este The Giant, y presumiblemente su nuevo disco anunciado para 2015 (probablemente).

Las intenciones se ven claramente desde el primer tema, Further South. El uso de guitarras, batería y voces limpias en la intro desvela uno de los pilares de todo el álbum: sin recurrir a distorsiones permanentes también se generan grandes atmósferas, quizás las mejores, pues permiten a la mente evadirse con mayor facilidad. Un martilleo constante de guitarras y baterías no lo logrará en el mismo sentido, por muy bajo ritmo que lleve. La voz de Daniel Droste es uno de los puntos fuertes, manteniendo su vigor en las partes extremas, mientras es capaz de expresar cierta ternura y compasión en las suaves, además de otros registros según lo requiera cada tema. Por su parte, el empleo de la guitarra principal con solos propios mientras la rítmica le ofrece cobertura consigue que, compuestas con gran calidad, aquella se convierta en un asidero al que asirse nuestro oído, logrando un medio de transporte durante estos pasajes que de otras manera hubieran sido relleno sonoro o abuso de un riff en distorsión inicialmente atrayente.

Con el tema marinero por bandera, que nos hace adivinar aventuras pero también adversidades y peligros, es consecuente lograr encuentros épicos, como bien han ido haciendo Ahab en su discografía. La cita con este punto no podía hacerse de rogar y aparece ya en el segundo tema de The Giant, titulado Aeons Elapse, único del larga duración que nos ocupa no realizado íntegramente por Daniel Droste, contando con la colaboración del guitarrista Chris Hector y el batería Cornelius Althammer. A una desesperación vocal inicial viva y tenaz sucede un elevado ritmo musical que nos acompañará hasta el final del tema, sin desfallecer en ningún momento, con nuevo acto del dúo guitarra solista con solo-guitarra rítmica de fondo.

Tampoco desearía ir desenmarañando cada tema individualmente: corresponde a cada uno de nosotros interpretarlo y darle nuestro toque personal a las notas que vamos digiriendo. Sin embargo, no puedo evitar centrarme en el cuarto corte del álbum, titulado Antarctica the Polymorphess. No quiero repetirme: Ahab es Funeral Doom Metal, pero si escuchas este tema, sabrás de primera mano su popularidad y sus cientos de «likes» cada vez que ponen una chorrada en Facebook. Con una parte fielmente Funeral más bien corta, todo lo demás destila pasión, fuerza, sin abandonar un ritmo lento… pero con voz limpia, partes acústicas, duetos de voz, crescendos embaucadores. Un tema excelente, visión unánime entre la crítica revisada, de los que hay que pararse a disfrutar y compartir con los colegas, el futuro del Doom Extremo (trvs aparte).

Como decíamos, cada vez Ahab han ido introduciendo más partes ambientales y acústicas de gran calidad. Llevan tres discos, pero su sello propio ya lo han definido. En su primer álbum, eran un grupo más de Funeral Doom con un buen debut, ahora van a los principales festivales veraniegos de Europa. Su nuevo trabajo es esperado, salvando las distancias, a la manera de Opeth: por aficionados que ni siquiera saben que oyen Metal Extremo. Una amplitud de miras de los alemanes que les dará grandes réditos, y asegura la renovación de todo un género, aunque quizás con Napalm Records detrás todo sea mucho más fácil.

 

Grupo: Ahab

Género: Funeral Doom Metal

Álbum: The Giant

Año: 2012

Temas/Duración: 6 canciones/61 minutos

1. Further South
2. Aeons Elapse
3. Deliverance (Shouting at the Dead)
4. Antarctica the Polymorphess
5. Fathoms Deep Below
6. The Giant
7. Time’s Like Molten Lead (sólo en edición Digipack limitada y vinilo)
8. Evening Star (sólo en edición vinilo).

Discográfica: Napalm Records

Web: Oficial , Ficha en Metal-Archives

DeeplyAnálisis: Helevorn – Compassion Forlorn

Hooola amigos del Doom Metal, camaradas de lo oscuro, colegas de la tristeza.

Vamos con una nueva revisión de material nuevo. En este caso el reciente disco lanzado por los españoles Helevorn, titulado Compassion Forlorn, a finales del mes de Septiembre de este año 2014, del que cada vez queda menos. Junto al lanzamiento de The End Of The Third Day por Autumnal, y al próximo EP por Evadne, conforma el gran trío del Doom hispano, en plena oleada de sacar nuevo material al mercado.

Portada de Helevorn - Compassion Forlorn

Portada de Helevorn – Compassion Forlorn

Pero vayamos al lío, sin rodeos. Escuchar el nuevo larga duración de Helevorn es caer en la evidencia de estar ante una aparente contradicción. Por un lado han dado un paso de gigante en conformar su sonido, en establecer su sello identificativo, pero por otro no aporta nada realmente nuevo respecto a bandas con esa identidad, lograda ya anteriormente. Mientras tienen un sonido nítido, limpio, un gran trabajo en la producción y masterización, vienen a ser una puesta al día en medios al alcance, de trabajos de otras épocas que no tuvieron la misma suerte. Siempre la potencia y sonoridad propias de Helevorn, generadoras de lo que podríamos llamar hits completamente Doom, aún cuando la alternativa está presente en el propio álbum en los dos temas finales. Una duración de temas que, mientras accesible y poco saturadora, parece atenazar la creatividad musical desplegada por la banda. En definitiva, este álbum parece preceder algo grande en Helevorn. Lo trataré de explicar en los siguientes párrafos.

Antes de continuar querría indicar que, pese a que lo anterior pueda denotar aspectos negativos, no lo veo así en conjunto, sino más bien en el sentido de que hay música para todos los gustos, y lógicamente en el Doom también. Helevorn no serán mi fuerte, prefiriendo temas más largos y complejos, pero hay muchos tipos de oyentes ahí fuera. La capacidad de crear auténticos, como indicaba anteriormente, hits es envidiable, y lo saben aprovechar. El tema elegido como single previo al lanzamiento del álbum fue Burden Me, pero no seré el único que ya ha dicho que Delusive Eyes brilla con luz propia, y a buen seguro será uno de los temás más aclamados en directo. La duración (casi dos minutos más éste que aquél) jugó en su contra a la hora de hacer el videoclip. En los ’00 hubo muchos grupos de este estilo, en una especie de predominio sobre el resto de subgéneros del Doom, donde ahora parecen vagar huérfanos sus aficionados. Helevorn bien pudiera coger el testigo con la obra que nos ocupa.

Pasemos ahora a uno de los puntos fuerte de los mallorquines. Ni que decir tiene que pueden citarse como uno de los pocos grupos del Doom Metal identificables casi a primera audición. La voz limpia de Josep Brunet es identificable desde lejos. Sus rasgos melancólicos resuenan en cada tema, y bien sé que preferiría verlo desplegando esa tranquilidad a la hora de cantar en temas más relajados, transmitiendo la auténtica esencia del Doom: templanza rodeada de hostilidad, paciencia dentro de la agresividad que se cierne. Afortunadamente algo de eso hay en Reason Dies Last.

Helevorn en una foto promocional para su nuevo trabajo. Por Andreu Beltrán.

Helevorn en una foto promocional para su nuevo trabajo. Por Andreu Beltrán.

Relacionado con el punto anterior, el trabajo en la grabación ha sido ejemplar. La mano de los estudios Fascination Street de Suecia es palpable. Todo limpio, nítido, sonidos audibles como si estuvieras allí delante, o incluso mejor. Aun a riesgo de parecer similares, muchos grupos pasan por sus manos, pero no hay que negar que el trabajo final es excelente y bien merece la pena. Debo suponer que llegar a ese nivel no debe ser fácil, y que supondrá mucho esfuerzo, de ahí que sea obligatorio destacarlo.

Debo traer aquí también a colación los dos últimos temas del disco: Reason Dies Last y Els Dies Tranquils. En las revisiones que he tenido oportunidad de ver no las he visto aparecer. Francamente, debe ser así. El sonido Helevorn son los otros seis temas. Pero desde la primera escucha me atraparon. De Reason Dies Last ya adelanté anteriormente el motivo. Aunque la voz limpia y gutural, junto con la música que tocan, formen una especie de Bella y Bestia atrayente, opino que la limpia encaja mejor en otros ambientes, como, salvando las distancias, Jón Aldará de Hamferd, o Darren Moore de Mourning Beloveth (en A Mourderous Circus, al menos). Me transmite algo especial, hasta el punto de desear la evolución del grupo hasta terrenos más Doom y menos Gothic o Death. Els Dies Tranquils, por su parte, posee el enganche de voz en off inicial (en catalán) para pasar a una parte auténticamente solemne. La voz colaboradora de Lisa Cuthbert me parece el punto álgido del disco. Estoy sólo en esto, pero no tiemblo por ello. La acertada tonalidad de la voz, el solo de guitarra, la dualidad voz-riff desplegada durante esos minutos… en definitiva un auténtico despliegue de acierto compositivo. No será talentoso, pero sí efectivo, lo que busco en un tema Doom, ciertamente. Mecer sería el verbo adecuado aquí. Dejo que Lisa me mezca mientras los segundos pasan y desearían que fueran minutos.

Concluyo, para sintetizar tanta palabrería: un disco simple, sencillo, pero efectivo y directo. Con su legión de aficionados que lo recibirán muy gratamente, como se puede comprobar constantemente. Para todos los gustos en música hay que tener virtud para satisfacerla, pero hay virtudes que son más virtud que otras.

 

Grupo: Helevorn

Género: Gothic/Doom Metal

Álbum: Compassion Forlorn

Temas/Duración: 8 canciones/49 minutos

1. The Inner Crumble
2. Burden Me
3. Looters
4. Unified
5. Delusive Eyes
6. I am to Blame
7. Reason Dies Last
8. Els Dies Tranquils

Discográfica: BadMoodMan Music

DeeplyAnálisis: Seidr – Ginnungagap

¡Hooola Dooomsters!

Vamos allá con una nueva entrega de las críticas de DeeplyDoom, esperando que os sean útiles y constructivas.

Como siempre durante las últimas fechas de un año y primeras del siguiente, son habituales las listas para destacar lo destacable del año que recién ha pasado. Mucho se crea, tiene ilusión por emerger, lucha por mantenerse o pelea por el cetro de las artes de las que tratemos en cada caso. El Doom Metal Extremo no es ajeno a todo esto y muchas (pese a lo minoritario del género) son las listas que aparecen, que permiten filtrar e ir directos al grano. Si esto pasa en el Doom, ¿qué no habrá en otros géneros? Ya nos supone un esfuerzo discriminar a unos o a otros, qué no pasará en esos estilos.

Bueno pues en una de esas listas me topé con los americanos Seidr, una banda que toca un especial Doom/Death Metal con toques atmosféricos, que lanzó el pasado año su segundo álbum, titulado Ginnungagap. Tengo que señalar inevitablemente aquí, que dicho título lo tengo enlazado para siempre con el insuperable tema de Therion, por lo que estaba predispuesto para probar el disco de los estadounidenses, por vaga que sea esta motivación.

Portada de Seidr - Ginnungagap

Portada de Seidr – Ginnungagap

Un vistazo a la portada ya nos previene para lo que se nos viene encima: una imagen del espacio profundo con lo que parecen ser imágenes de criaturas desconocidas. Y eso es Ginnungagap, un viaje que por obra tanto de los instrumentos clásicos como de los efectos de ambiente y sintetizadores, nos lleva a lo largo de sus seis temas y sus 88 minutos de duración. Semejante obra, coherente a todo su través y cuyos temas se van entrelazando, debía venir unida y así ha sido, lanzándose en un doble CD para disfrute del oyente. No por ser extensa en tiempo es aburrida la obra. Ya desde su primer tema se puede comprobar este hecho: A Blink of the Cosmic Eye es una intro completa, con una parte ambiental muy extensa, pero que te atrapa y desespera por lo inevitable que sabes que va a venir. Para los que nos gusta la alternancia lograda entre partes más ambientales y otras más duras este es tu disco, sin duda. Su final es épico y pareciera como si despegásemos al espacio tras una cuenta atrás irreversible. Tras un segundo tema con toques progresivos y atmosféricos, The Pillars of Creation, viene tras él el tema homónimo del álbum, Ginnungagap, que empieza dubitativo pero pronto percibimos un crescendo poderoso, alargado, que quieres que llegue ya para explosionar, para una vez terminado flotar en el espacio como fielmente logra la parte final del tema.

Pasar al segundo disco nos lleva a As You Return, que continúa inicialmente con el interludio que marcaba el final del anterior CD, para reanudar nuevamente nuestro viaje astral al final de dicho tema, todo ambiental y acústico. The Red Planet Rises parece marcar un final temeroso del viaje pese a su título, en el que quizás sea el tema más flojo de este larga duración. Con partes pesadas cercanas al Funeral Doom y otras más atmosféricas, parece recrear las dudas del final inminante. Y este no es otro que el tema Sweltering II: A Pale Blue Dot in the Vast Dark, el cual elegiría sin dudarlo para un eventual Top de temas de Doom Extremo de la historia. La Tierra vista desde el espacio lejano debe impresionar y conmover a la mente como hace esta canción a lo largo de sus 25 minutos de duración. Una construcción óptima permite ver el logrado objetivo de sentirnos en un viaje (como hace ya todo álbum de por sí), pasando por momentos duros, y otros más críticos y llenos de angustia, ésta quizás la mejor parte del tema (con una voz desgarradísima), para terminar extenuado, sin más fuerzas. Un repentino halo de vida vuelve a resurgir para un culmen final de entrega total, para saber por fin que el final ha llegado. No hay más, está todo luchado y el planeta nos observa, impertérrito, en su eterno vagar espacial.

Ginnungagap es una gran obra del Doom/Death Metal con partes atmosféricas y ambientales. Definitivamente uno de sus mejores lanzamientos del 2013. El anterior disco de Seidr, For Winter Fire, ya presagiaba algo grande, logrado con un inmenso larga duración que deberá tener su reconocimiento tarde o temprano. Damos gracias a haber visto aquella lista para poder rescatar del underground más profundo esta obra y descubrir todo su mérito. Una obra maestra para disfrutar, para aquellos que prefieren temas largos y pausados, para aquellos que… viajan (ya lo repetí muchas veces) con el Doom.

Logo de Seidr, banda estadounidense de Doom/Death Metal

Logo de Seidr, banda estadounidense de Doom/Death Metal

Grupo: Seidr

Género: Doom/Death Metal

Álbum: Ginnungagap

Temas/Duración: 6 canciones/88 minutos/Doble CD

Disco 1

1. A Blink of the Cosmic Eye
2. The Pillars of Creation
3. Ginnungagap

Disco 2

1. As You Return
2. The Red Planet Rises
3. Sweltering II: A Pale Blue Dot in the Vast Dark

Discográfica: Bindrune Recordings

DeeplyAnálisis: Clouds – Doliu

¡Hooola Dooomsters!

Vayamos al lío de nuevo  con esto del Doom Metal Extremo, que tenemos a bien escuchar de vez en cuando, mientras el mainstream nos deja y el establishment nos los permite. Para poner tranquilamente gutural + tempos lentos en público hay que ser un valiente, o asegurarse que las ventanillas del coche están bien subidas… y no hay más posibilidades públicas de hacerlo. No, el que por el baño se escuche todo de los pisos adyacentes no vale como excusa.

La serie de análisis que llevamos en este blog, DeeplyAnálisis, va corta de entregas mientras cogemos más confianza en este sentido y, sobre todo, damos al material acústico tiempo y tiempo de ser escuchado y comparado. Hoy la banda que ocupará la columna será Clouds, la banda multinacional de Atmospheric Doom/Death Metal, que irrumpió a modo de superbanda el pasado Mayo y que consiguió agotar su primer álbum, Doliu, en tan solo tres meses.

Portada Clouds - Doliu

Portada Clouds – Doliu

El personal implicado en la banda, como puede verse en anteriores entradas en el blog, es de un grandísimo nivel. Gente veterana con muchos galones, junto con recién llegados con un estilo y personalidad propios. El mundo del Doom Metal Extremo es pequeño, y ahora la época favorece mucho más al Stoner o al Doom más tradicional, por lo que una reunión así debía destacar rápidamente. Sí o sí. Compárese, salvando las lógicas distancias, con una reunión en los 70s o 80s entre los compositores de Pink Floyd, Yes, King Crimson, etc. (a los que tanto debemos para el Doom Extremo). ¿Qué podemos esperar de ahí? Lógicamente sólo algo sublime, incomparable, inmejorable. Algo que pase a la historia del género y, en sus niveles de popularidad, a la historia. Si eso puede exigirse a nivel del rock sinfónico, igual debe hacerse en el Doom Extremo pues la entrega y conocimiento de los aficionados es idéntica.

Integrantes de Clouds. De izq. a der. Jarno, Kostas, Déhà, Jon, Daniel y Pim.

Integrantes de Clouds. De izq. a der. Jarno, Kostas, Déhà, Jon, Daniel y Pim.

Y no, lamentablemente Doliu no consigue eso. En verdad es una obra capitaneada por Daniel Neagoe (de Eye Of Solitude), con colaboraciones solamente a nivel de letras y voces en un par de canciones. La expectación por una reunión así pudo agotar rápidamente la tirada de la discográfica Domestic Genocide Records, pero no debería pasar a los anales del género. La contribución de cada miembro debería haber sido más activa para justificar dicha expectación, en otro tipo de colaboración más intensa.

Pasando a los temas, o con la edad nos volvemos más exigentes, o cuando somos jóvenes aceptamos cualquier cosa. Esto viene a colación por la estructura de todos, absolutamente todos los temas del disco. Véase: parte introductoria ambiental, pasamos a parte donde la fortaleza viene por la entrada de las guitarras más bateria, y final ambiental de nuevo. Todos son así, y no implica eso por sí mismo algo negativo, pero sí que los recursos musicales empleados en las partes intensas sean muy escasos y que además estén muy lejos de los que Daniel Neagoe desarrolla en su banda principal, de ahí una comparación resultante francamente negativa. Este hecho es aplicable tanto en guitarras como en batería, donde su compañero en Eye Of Solitude Adriano Ferraro logra un nivel superior.

Escuchar el disco de una tirada puede resultar monótono, sobre todo al llegar a The Deep Vast Emptiness, de duración no merecida (13 minutos). En el otro extremo, bien vale resaltar los dos primeros temas, You Went So Silent y If Walls Could Speak. En el primero, por la lograda ambientación de teclado que acompaña a la guitarra, mientras en el segundo por la inconfundible y personalísima voz de Jón Aldará (Hamferd). En definitiva, un bagaje aceptable, pero escaso.

Se podrá encarar esta crítica o revisión con que se centra demasiado en comparativas. Lo reconocemos, pero si una banda formada al efecto con miembros de otras (de similar género musical) no puede enfocarse bajo ese objetivo, ¿bajo cuál sino? El nivel compositivo de Daniel ya ha dado sobradas muestras de estar por encima del que logra en Clouds. Deberá afinar, o dejar lo atmosférico para otra ocasión. Normalmente la edad suele ser buena guía en ese sentido. Clouds logrará su objetivo, creará algo único, memorable. Doliu es un primer pero frustrado paso. Con eso hay que quedarse.

 

Grupo: Clouds

Género: Doom/Death Metal

Álbum: Doliu

Temas/Duración: 5 canciones/56 minutos

1. You Went so Silent

2. If These Walls Could Speak

3. Heaven Was Blind to My Grief

4. A Glimpse of Sorrow

5. The Deep Vast Emptiness

6. Even If I Fall

Discográfica: Domestic Genocide Records

DeeplyAnálisis: Doom:vs – Earthless

¡Hola de nuevo Deeplies!

Después de unos días en que el mundillo Doom Extremo anda algo parado, vamos a ver si retomamos un poco la actividad en el blog. No quiero dejar pasar la oportunidad de agradecer las visitas que van llegando, ¡sobre todo a los que no son robots spammers! Ya solo queda que vayan cayendo comentarios y poner cosas en común.

Pero vamos al lío. Hace unas semanas, concretamente el pasado 5 de Mayo, salió a la venta el tercer larga duración titulado Earthless, en la discografía de Doom:vs, banda de Funeral Doom Metal a cargo de Johan Ericson (miembro de Draconian), a través del sello Solitude Productions. Una vez puestos en situación, comentemos.

Johan Ericson: The man behind Doom:vs

Johan Ericson: The man behind Doom:vs

Resulta curioso el mundillo de gente que se mueve por internet. Si ya toda la población tiene sus particularidades, cuando más penetras en algún determinado ambiente más especial se mueve la Red y más característica, hasta el punto que sino formas parte de dicho ambiente, te puedes sentir desplazado o no compenetrado. Tarde o temprano te sentirás que sobras y no ahondarás al menos que te empeñes, o te expulsarán si no tienes insistencia. Al igual que el Doom tiene sus seguidores en internet reunido en determinadas páginas, grupos o blogs donde se comentan sus intereses, todos los aspectos de ocio que puedan tenerlo, lo tendrán, y lo tienen de hecho. Pero lo que lamentablemente también comparten todos es esa gente ingrata, intolerante y escudada en el anonimato para soltar lo peor por sus bocas (o dedos).  No he perdido la cabeza, no, o al menos no aún. Ya voy llegando adonde quiero. En concreto a las fechas previas al lanzamiento del disco que nos ocupa, donde los videos singles de promoción ya andaban por la Red. Y en uno de ellos, con toda la libertad de soltar su opinión educada y correctamente, un seguidor aludía a que Earthless sonaba muy a Saturnus, fruto de la colaboración de su vocalista Thomas Jensen. E inmediatamente otro aficionado corregía al anterior de la peor manera posible, insultando y dejando claro que aquél no tenía ni idea de lo que decía.

Portada Doom:vs - Earthless

Portada Doom:vs – Earthless

Pues bien, estos días, tras ya casi un mes de aquello, no puedo estar más de acuerdo con el primer aficionado, hasta el punto de que en los comentarios tanto en Facebook como Youtube se ha acuñado el acertado término Saturnus:vs para este disco. Sólo hace falta escucharlo para darse cuenta. La voz de Thomas es muy característica y personal y ha sido traspasado a este álbum de Doom:vs. El segundo aficionado no tenía legitimidad ninguna en la forma, y al final, ni en el fondo. Luego dirán que si todos estos que dicen Saturnus:vs son unos fanboys y demás historia. No. Algo falla cuando Doom:vs es uno de los principales grupos de Funeral Doom y Johan uno de sus maestros, y llega un nuevo álbum y no convence a un amplio espectro de sus aficionados en uno de sus aspectos principales. Ojo, la calidad es buena, con temas que vuelves a repetir insistentemente, aunque personalmente prefiero los otros dos discos, pero nuevamente algo falla cuando cada vez que aparece la voz de Johan algo se te remueve en el cuerpo relajado tras comprobar que ahí está lo que esperabas casi con ansia. La canción The Slow Ascent es el mejor ejemplo, con dicha voz apareciendo al final en una especie de summum que te hace ver que oíste ese disco para ese fragmento final, quedándote la mejor de las sensaciones mientras retiras el CD del reproductor. Lo dicho. Al final, es Doom:vs.

 

Grupo: Doom:vs

Género: Funeral Doom Metal

Álbum: Earthless

Temas/Duración: 6 canciones/51 minutos

Discográfica: Solitude Productions

DeeplyAnálisis: Eye Of Solitude – Canto III

Otra vez volvemos por aquí y con un gran objetivo: hacer crecer al blog tanto en contenido como en visitantes. Es por ello que tras unos meses de prueba del blog, y aunque aún queda mucho por pulir, se ha decidido dar el paso a publicar análisis de discos, tanto recientes como de años pasados. Sabemos las limitaciones que tenemos en esta tarea y la responsabilidad que ello conlleva, por lo que trataremos de hacerlo lo mejor posible y basándonos en nuestro conocimiento (escaso) de la escena Doom Extrema y todo lo escuchado anteriormente. ¡Esperamos que os guste!

Qué mejor forma de empezarlo que con uno de los mejores discos del 2013. La respuesta de la crítica ha sido prácticamente uniforme en ensalzar el tercer disco de los británicos Eye of Solitude, titulado Canto III, apareciendo en todas las listas que se precien de lo mejor publicado en Doom Extremo el año pasado. Por su parte la respuesta del público fue muy satisfactoria provocando el agotamiento de un pack que se lanzó en Diciembre con este disco, el anterior (Sui Caedere) más una camiseta y pegatina. Un gran éxito para la banda y su discográfica Kaotoxin Records.

La banda británica Eye Of Solitude

La banda británica Eye Of Solitude

Una vez presentado el objetivo del análisis, vayamos a por él. Tengo que reconocer que hacía unos años que no me ponía en serio a buscar nuevo material de mi género favorito: el Doom Extremo. Sentir una atmósfera sobre mí, un pasaje que me hace elevarme sobre la habitación donde esté el equipo de música, un aura que te despega de otras preocupaciones o responsabilidades durante un tiempo. Un tiempo donde música y tú sois uno, cumpliendo el objetivo que un músico creador de Doom puede desear: transmitir sus inquietudes, sus emociones, sobre un trozo de plástico. Por ello amo el Doom. Otros géneros podrán acercarse, y lo hacen, pero los toques extremos ponen la guinda al pastel. Crean el escenario completo para que la música y el alma consigan su imbricación absoluta. Puro placer para los oídos en cuanto sensación y para la persona en cuanto a notar que algo la mueve, la perturba, le hace receptora de una transmisión cultural.

Portada Eye Of Solitude - Canto III

Portada Eye Of Solitude – Canto III

No he echado este rollo sin objetivo. En mi opinión es el gran logro que Eye Of Solitude, a través de Canto III, logra en oyentes como yo, «receptores» donde fluya lo más hondo del Doom, su objetivo más sincero. La calificación de estar ante un material excelente proviene de ello. Será subjetivo entonces, pero los discos que logran eso tengo que reconocerlo y compartirlo con vosotros. Temas donde la alternancia entre pasajes ambientales y «blast beats» alcanza un equilibro adecuado, una ambientación que no para aunque las guitarras sean las predominantes (como al principio de Act II: Where The Descent Began), y sobre todo, unas partes rápidas con sentido, organización, no un batiburrillo incomprensible, incluso con presencia de solos de guitarra como al final de Act III: He Who Willingly Suffers. Estos dos temas citados los destaco sobre el resto, aunque el nivel es alto durante todo el álbum. No quiero dejar de mencionar la buena labor de las dos guitarras: podrán sonar simples, pero contribuyen a la perfección a la atmósfera, con buenos riffs que no cansan aunque se repitan continuamente; así como a la batería, rica y constructiva en su afán de participar, en un papel que debería ser más norma dentro del Doom.

Haber tenido la oportunidad de haber escuchado su anterior trabajo, Sui Caedere, me hace ver que este Canto III es la evolución lógica y, a la vez, culminación, de lo que parece ser el objetivo musical del grupo británico. Esperar este nivel en próximos lanzamientos sería muy deseable pero comprendo que muy difícil. Ese peligro latente junto al hecho de que las voces guturales son prácticamente incomprensibles aún con la letra delante, constituyen los puntos negativos del álbum. Se puede añadir el empeño de la banda (o de la discográfica) por denominarse Orchestral Doom Metal cuando no estamos ante un nuevo Estatic Fear o un Empyrium. Las etiquetas las pondrán los oyentes, en el mejor de los casos, sobre todo para evitar que la creación musical se vea perjudicada por atenerse a una autoetiqueta errónea. Desde aquí podemos señalarla, con humildad, como Doom/Death Metal con marcados toques melódicos.

Como resumen final, corroboro el hecho de estar ante uno de los mejores álbums de Doom Extremo del 2013. Tarde o temprano se hará un hueco entre los must del género, si no lo ha hecho ya. Marcará un auténtico punto de popularidad para Eye Of Solitude en general, y para Daniel Neagoe (su miembro compositor) en particular. La alternancia equilibrada entre ambientación y fuerza es su punto más fuerte, con una música que consigue embaucar durante la larga duración de sus temas. Por contra la voz debería ser entendible, cuanto menos. Desear a los británicos la mejor de las suertes para mantener semejante nivel.

Grupo: Eye Of Solitude

Género: Doom/Death Metal

Álbum: Canto III

Temas/Duración: 6 canciones/66 minutos

Discográfica: Kaotoxin Records